sábado

Asociacion Libre III

Y no puedo, y estoy tenso, y estoy enfermo, y no se, y lo se, y camino, y voy, y tu pelo, y tu espalda, y nada otra vez, y no veo, y sigo andando, mas me pierdo, aunque vuelvo, entonces esto sube, cuando caes, en realidad dentro de ti todo quiere subir, inercia, propiedad, no nos libramos de los que es instintivo, una vez mas vuelvo, miro hacia atrás, siempre lo hago, debo olvidar, deber, hacer, ar, er, ir, tomar, encontrar, sumirse, malgastar, no lo hay. Manos, quiero, existe en lo profundo, tu lo puedes ver, no es un misterio, vibra, cualquiera, morfina. ¡Mierda! Esa, eso, ello, aquello, su, mío, hay todo, que difícil es, sin nada, eres algo insaciable, porque no tienes por donde ser llenado, porque todo te atraviesa, porque eres una puerta, porque nunca cesara tu hambre, porque tu peor pecado es la gula, porque solo te das cuenta cuando ya estas medio muerto, porque ingieres mucho, demasiado de lo que no te llenara, y eres un agujero negro, lo que te atraviesa no tienes idea donde puede terminar, a donde lo conducirás, como aquella vez, veces, momentos. Entiendes la mente pero no los sentimientos, y una sensación es el oasis de tu desierto de razón y materia, miles de sensaciones son un fiesta, un espejismo, hagamos un rapidito, usaste condón con anillos, luego ella te pregunto si te había crecido, te reíste, ¿Cómo paso? Ella estaba volteada tan solo con el pantalón abajo, se apoyaba en esa ventana corrediza atenta por si alguna sombra en la oscura sala adquiría la forma de una silueta humana, su padre, estábamos sobre el colchón de su hermano, ambos arrodillados y bien juntos, y en realidad no fue rápido, demoraste un poco más, ella clavo las uñas en tu brazo, volteaba el cuello para encontrarse con tu boca, te contó una vez una anécdota: ella subía las escaleras hacia el patio, poco antes de llegar escucha murmullos, susurros, jadeos, se aproxima con cuidado a echar un tímido vistazo, su hermano metía las manos por dentro del jean de Rebeca, la empleada, agitaba la muñeca apretando, succionaba su cuello, y la otra mano apretujaba un seno. Ahí donde estabas, oculta tras el muro te acordaste de mi que solía hacerte igual, entonces metiste la mano por dentro de tu pijama y la trusa, te hiciste el amor, así, de pie, lo repetiste en tu cuarto, en la ducha, y cuando al fin nos veíamos te conocías un poco más, entonces tu cuerpo por fin hablaba por si solo, y actuaba más sincero, estando desnuda ya no temblabas, y estando dentro de ti palpando tus entrañas, ahora cerrabas las piernas en un fuerte abrazo, y tu boca mordía la mía, y todo eso una vez más me atravesaba, todo eso pasaba a través de mi, seguía siendo más que una puerta, tu viajabas, pero yo no, yo seguía siendo el medio, un transito, tu caías en dimensiones desconocidas, lugares lejanos, etéreos, nunca estuve contigo ahí. Aunque pensándolo bien, en un sueño estuvimos ahí, los sueños son tan maravillosos, aun sin conocer el lugar pude concebirlo en inmateriales formas, cosas de las que están echas los sueños, fuiste para mi un sueño, yo fui para ti una gran realidad, y ahora te recuerdo como un sueño, pero para ti siempre seré una terrible realidad, es porque tu si viajabas, me doy cuenta que la verdad de mi realidad es que casi todo termina siendo o sino lo era pues culmina convirtiéndose en un sueño.      

1 comentario:

Munani dijo...

Wow realmente muy bueno lo que he leído. Eso de ser sólo una vía de tránsito me ha hecho pensar, una vez alguien me dijo que él sólo era eso para mi.

Abrazos!