Me gustas.

En medio de la pista por el amplio parque unas cuadras antes de su casa, donde días atrás en una banca Ely quizo lanzarse de espaldas en su pecho solo por jugar y se dieron un volantin hacia el pasto, y la risa se hizo insesante hasta el dolor de barriga. Hacía una semana que ambos se besaban sin la dureza y sequedad que solían transmitirse los primeros días, no, aun se mantenían pero dia tras dia se iban desvaneciendo como un muro que se desmorona y permite el fluir de corrientes desesperadas, las extremidades siempre ansiosas aunque al fin libres, escurriéndose por todo lugar, hurgando a veces con paciencia, a veces con violencia, pero lo irrefrenable que parecía tal desmesura se disgregaba aunque no del todo por sandalias sonando en la esquina, el silvato del huachiman, el motor de algun auto, entonces con el aliento pendiendo entre sus bocas se daban tiempo de mirarse, acomodar mechones tras la oreja, palpar mejillas con pulgares, sin importar emitir palabras, el lenguaje mudo además de entretenido era suficiente.

Le abraza el hombro, sus manos se encuentran, también se abrazan, adan por la vereda buscando en sus mentes que decirse, ella encuentra primero: su profesor la continua fastidiando, Vero aun no la perdona le colgó el telefono en la tarde despues de una agria conversacion de tres minutos, hizo un puchero al recordar que tuvo ganas de llorar, que noviembre no fue su mes, que quisiera adelgazar más, que aun así aceptará la Pizza, que me gustas mucho Julio, que pobre de ti si me fallas este sábado, tu prometiste que iriamos. No me salgas que esto y el otro y que por eso no pude. ¿Tu celular? haber damelo, cuento hasta tres. ¿Quien es ella? ¿porque te dice Julito? ¿Que confianzas son esas? Besame sino me enojo peor.

¡Au! ¿No estaras tranquila hasta partirme el labio no? Ella es mi amiga, desde los 13, llegó de Italia y los domingos biene a la casa de su hermana, como vivo cerca queria que salga nada más, no te alejes, ven ¿Si? ven, Tambien me gustas, me gustas un huevo. Se detuvieron cerca al chifa cruzando la reja, juntaron labios, se mordisquearon. Abrieron los ojos. ¿De codorniz o de Avestruz? Sobó sus caderas, volvió a palpar su boca, introdujo la lengua y sintió la calidez de la suya. De dinosaurio Ely.