sábado

Valery.


Me es fácil evocar el día en que por primera vez nos dirigimos la palabra, lo es porque no representas ningún peso en mi memoria, como casi siempre te tengo presente sólo basta que cierre los ojos y ya lo veo: Estoy en la banca al lado de la entrada al patio principal de ese instituto en el centro de Lima, estaba aburrido de continuar asistiendo no me interesaba ni una pizca de los temas que desarrollaba ese gordo trigueño cara de rata, me encontraba oscilando entre largarme a vagabundear por la Lima nocturna o quedarme.

Cuando apareciste, llegaste con tu caminada de me hago la pichi, tus ojos saltones, nerviosos, tu cara redonda, cachetona, tu voz acelerada, y entusiasta, me preguntaste por Alex, como no sabia nada de él te quedaste conmigo ahí e iniciamos una conversación casual, llegamos al tema de los dibujos, creo que te mostré algunos que tenia en mi block, me comentaste que tu haces caricaturas, te entregue un papel para que crearas algo e hiciste una cagada de dibujo.

Llegó el muchacho ese con quien pasabas el rato, y nos fuimos todos al salón, te sentaste con él, yo en la carpeta de al frente como buen violín, y todo siguió su marcha, comenzó la aburrida clase, llego el pelado de Hans, sí ese que tu no me crees pero que sufría una erección fatal cada vez que te veía ¡Ah! y que para colmo tenía una hija con tu mismo nombre, en fin, lo bueno fue que esa tarde (casi de noche) descubrí que me caías bien. Después nos conocimos un poco más a la salida, los universitarios habían hecho una exposición de platos típicos, compré anticuchos, ustedes creo que mazamorra, nos reímos arto cuando el aderezo se me derramo en la chompa, o cuando una papa blanca se me escapo de la boca hacia el pantalón de Alex.

Me sorprendiste la vez en que de pronto me dijiste que te acompañe a una cabina para enviar un correo urgente. Recuerdo muy bien tu rostro teñido de malicia mientras le anunciabas al pobre de la forma más insensible que la relación terminó. Agradezco que haya sucedido eso, de otro modo no nos hubiésemos sentado juntos todas las clases, ir a vagar por la avenida Wilson charlando huevada y media (¿recuerdas el Triple X que me hiciste beber que me dejo durmiendo en el micro?).

Era tal nuestra unión que a veces ya me daba roche, Hans y Alex empezaban a pensar otras cosas, como esa vez que me subí al auto del pelado y tu apareciste queriendo que me baje para acompañarte, y el volteó diciéndome la tienes así webon, en la palma de tu mano, ¡cómetela! Perdón por destruir ese buen concepto que tenías de Hans, pero aquel señor era como cualquier otro varon, un puto.

¡Jah! Eran varios los que anhelaban tenerte en cuatro, claro eras la única mujer en el salón, ah no también estaba “La polo sucio” pero era tan fea que nadie advertía su presencia. Los nuevos que entraban solían preguntarme por ti, como si tuviésemos algo que ver que no sea solo amistad, ambos sabemos que entre los dos solo hubo eso, nunca me has causado alguna pulsión erótica, al menos no de las fuertes, y viceversa, no me jodía cuando otro se detenía a mirarte las nalgas que se pronunciaban bastante con tus jeanes apretados, si que lo hacían Vale no miento. Recién a veces me causa cositas cuando veo tu busto en las fotografías, antes lo comparaba con un par de nísperos inmaduros pero tenias 16 era justificable, ahora que paso el tiempo si que hay forma y volumen.

Supongo que esas clases de ensamblaje te debieron costar aprenderlas ya que al final yo me retire porque prefería ir a Quilca a leer, o a caminar mirando las rarezas, y tu continuaste asistiendo, pero mientras estuvimos ahí no hacíamos mas que rascarnos la panza, cierto es un gran detalle que hace poco me hayas mostrado que aún guardas la historieta que dibuje sobre ti, en la que matas a tus padres después de una pelea (No puedo con mi imaginación, además tu me inspiraste).

Eres una gran amiga, casi hermana, la complicidad que nos caracteriza ya va durando 4 años, la ultima imagen que tengo de ti en persona es tu rostro ilusionado, sonriente, mirando hacia arriba el final de Rubí, a mi me llegaba al pincho y ya que me habías invitado una hamburguesa tenia con que entretenerme en ese restaurancito, pero recuerdo que también te acompañe a mirar la novela porque tu me ibas a falsificar una boleta de venta, por el Multitester que nunca compre y tampoco te diré en que me gaste el dinero esa vez que no llegue a clases, mi primera falta.

Ahora que nuestra comunicación es con exclusividad vía mssn o algún sms de vez en cuando, cada vez que hablamos prolongadamente y nos contamos nuestros incidentes en la vida, sus consecuencias, sus desenlaces, que por mas que sean desastrosos, trágicos, o felices, emocionantes, etc. ya sabemos que nos tenemos siempre para compartirlos sin escrúpulo alguno, con todo detalle, conscientes de que nos gustara hacerlo porque casi somos la misma persona y nos entendemos en un 80%... Vale también eres mi BF.  

2 comentarios:

Valery. dijo...

EN VERDAD ES INCREIBLE QUE NO ME HALLA ABURRIDO DE TI EN TANTO TIEMPO. TE APRECIO MUCHO.. MUCHISIMOOO CASI TE AMO.

éter dijo...

jaja, qe divertido qe le hayas escrito eso a una amiga!

see ya!