Esa noche llamó a su mejor amigo para encontrarse en un bar. No era usual sentir la necesidad de contar sus problemas, sin embargo esta vez no pudo contener las ganas de desahogarse.
Después de lo que le dijo Jonatán, Leonardo encendió un cigarro y bebió la cerveza hasta la mitad.
-No jodas, ¿Enserio? ¿Estas seguro? –Soltó el vaso en la mesa.
-Sí, se que sí, no puedo equivocarme –Dijo Jonatán con la mirada fija en el cenicero.
-¿Como así te enteraste?
-Revisé su celular, tiene un montón de llamadas y mensajes de Adrian.
-Mierda. –Susurró Leonardo.
Después de lo que le dijo Jonatán, Leonardo encendió un cigarro y bebió la cerveza hasta la mitad.
-No jodas, ¿Enserio? ¿Estas seguro? –Soltó el vaso en la mesa.
-Sí, se que sí, no puedo equivocarme –Dijo Jonatán con la mirada fija en el cenicero.
-¿Como así te enteraste?
-Revisé su celular, tiene un montón de llamadas y mensajes de Adrian.
-Mierda. –Susurró Leonardo.
-Apuesto a que esa capacitación de los sábados no existe, la zorra se va con él ¡Puta madre! no sabes como me siento cada vez que imagino a ese concha su madre tirando con Kattya, no sabes el asco que me da, no quiero pensar cuanto tiempo lleva engañándome.
-¿Aun no le dices nada a ella?
-Se que si me acerco no aguantare las ganas de matarla. Prefiero encontrar al puto de Adrian y romperle la cara, después veré que hago con Kattya.
-Suave con lo que dices compare, no vallas a hacer huevadas nomas. Yo también le sacaría la mierda a Adrian por pendejo, pero…
-¿Pero qué huevón? Se coge a mi flaca, y luego se acerca a mi como buen amigo, me invita unas chelas, me aconseja que sea así y asá con ella, y yo todo imbécil lo escucho con atención, y le doy la razón, ¡que se valla a la mierda! el ya se jodió conmigo.
-Tranquilo, ya cálmate, yo estoy de acuerdo contigo. Toma agarra esto. –Leonardo le dio un papel largo redoblado, algo sucio.
-¿Pero qué huevón? Se coge a mi flaca, y luego se acerca a mi como buen amigo, me invita unas chelas, me aconseja que sea así y asá con ella, y yo todo imbécil lo escucho con atención, y le doy la razón, ¡que se valla a la mierda! el ya se jodió conmigo.
-Tranquilo, ya cálmate, yo estoy de acuerdo contigo. Toma agarra esto. –Leonardo le dio un papel largo redoblado, algo sucio.
Jonatán acomodó el polvo en una línea colmada, enrollo un billete de veinte soles y lo aspiro por la nariz. –Adrian de mierda. –Pensó.
-Kattya durante todo este tiempo estuvo muy callada, no quería ni besarme, y todo porque estaba saliendo con ese idiota. –Bebió un sorbo. – ¡Maldita sea porqué me pasa esto a mi!
-Jona, no quiero que te enojes conmigo, pero tu hace días que vas a ver putas. –Dijo Leonardo, luego aspiro el polvo. –No fuiste tan bueno huevón.
-¿Pero que querías que haga? Si desde hace un mes que ella no me hace caso, carajo esto es por su culpa, ella cachaba todo lo que quería con Adrian y luego ya no quería nada conmigo, ella me engaño primero.
Leonardo suspiro haciendo un gesto en desacuerdo sin que Jonatán lo vea.
-¿Y tu que chucha me reclamas? ¡Te llame porque pensaba que me darías la razón! Creí que eras inteligente.
-Entiendo porque estas enojado, tienes toda la razón, no me gustaría ser tú en este momento.
-Dame más, necesito jalar un poco. –Leonardo preparo un par de líneas. –Sí, mañana mismo me las va pagar Adrian. –Se dijo a sí mismo.
Jonatán aspiro toda la cocaína, y al ver restos de polvo en el dedo meñique pasó su lengua.
-Jona, no quiero que te enojes conmigo, pero tu hace días que vas a ver putas. –Dijo Leonardo, luego aspiro el polvo. –No fuiste tan bueno huevón.
-¿Pero que querías que haga? Si desde hace un mes que ella no me hace caso, carajo esto es por su culpa, ella cachaba todo lo que quería con Adrian y luego ya no quería nada conmigo, ella me engaño primero.
Leonardo suspiro haciendo un gesto en desacuerdo sin que Jonatán lo vea.
-¿Y tu que chucha me reclamas? ¡Te llame porque pensaba que me darías la razón! Creí que eras inteligente.
-Entiendo porque estas enojado, tienes toda la razón, no me gustaría ser tú en este momento.
-Dame más, necesito jalar un poco. –Leonardo preparo un par de líneas. –Sí, mañana mismo me las va pagar Adrian. –Se dijo a sí mismo.
Jonatán aspiro toda la cocaína, y al ver restos de polvo en el dedo meñique pasó su lengua.
-Ala mierda, ya estoy durazo. –Dijo Jonatán cogiendo su frente. –Me voy.
-Espera, aun no acabamos las chelas.
-Carajo respeta mi decisión, quiero irme y punto necesito estar solo, mas bien muchas gracias por venir.
-Espera, aun no acabamos las chelas.
-Carajo respeta mi decisión, quiero irme y punto necesito estar solo, mas bien muchas gracias por venir.
Se alejó de la mesa arrinconada donde estaban, cerró la puerta de vidrio, Leonardo lo siguió con la mirada hasta que se perdió entre la gente.
Caminó sin importar en que dirección iba, las personas lo miraban de reojo, él saciaba el picor de su nariz sobándola con fuerza. Tenía el rostro endurecido, incapaz de hacer gestos, no cerraba bien los parpados, sus ojos adquirieron una apariencia nerviosa, e inquietante.
Mas adelante vio una silueta femenina apoyada en la pared, era alta, de cuerpo proporcionado, y postura coqueta. A Jonatán no le pareció mala idea acercarse a preguntar cuánto cobra. La mujer pareció darse cuenta de las intenciones del desconocido, así que se agachó pegando el trasero en la pared, pero Jonatán no tardo en notar rasgos poco comunes en su cuerpo: los hombros eran más anchos que su cintura, las pantorrillas arqueadas, y cuando empezó a caminar se esforzaba por parecer una modelo en pasarela.
–Es un maricón. –Pensó Jonatán.
Cruzó la pista ignorando al travesti que con voz disforzada le rogaba que vuelva. Unas cuadras después la cantidad de siluetas aumentó, cuando vieron pasar a Jonatán, silbaban, sacudían los senos, daban besitos volados. –Que asco. –Dijo en voz baja, levantando el dedo del medio.
Caminó sin importar en que dirección iba, las personas lo miraban de reojo, él saciaba el picor de su nariz sobándola con fuerza. Tenía el rostro endurecido, incapaz de hacer gestos, no cerraba bien los parpados, sus ojos adquirieron una apariencia nerviosa, e inquietante.
Mas adelante vio una silueta femenina apoyada en la pared, era alta, de cuerpo proporcionado, y postura coqueta. A Jonatán no le pareció mala idea acercarse a preguntar cuánto cobra. La mujer pareció darse cuenta de las intenciones del desconocido, así que se agachó pegando el trasero en la pared, pero Jonatán no tardo en notar rasgos poco comunes en su cuerpo: los hombros eran más anchos que su cintura, las pantorrillas arqueadas, y cuando empezó a caminar se esforzaba por parecer una modelo en pasarela.
–Es un maricón. –Pensó Jonatán.
Cruzó la pista ignorando al travesti que con voz disforzada le rogaba que vuelva. Unas cuadras después la cantidad de siluetas aumentó, cuando vieron pasar a Jonatán, silbaban, sacudían los senos, daban besitos volados. –Que asco. –Dijo en voz baja, levantando el dedo del medio.
Llegó a la avenida Tacna, hubiera seguido de frente, pero tuvo ganas de fumar. Ubicó un Quiosco a la derecha, despertó de su siesta al anciano que atendía, le pidió media cajetilla de Pall Mall y un encendedor.
A lo largo de la avenida habían locales en cuyas puertas un hombre gritaba ¡A sol la barra, a sol la barra! Algunas personas que deambulaban por ahí no entraban hasta que el tipo los animara, otros no le hacían caso, y algunos ingresaban mostrándose muy seguros.
Jonatán dio unos pasos con el cigarrillo en la boca, renegando porque el encendedor no prendía, siguió avanzando hasta llegar a jirón Cailloma, una calle con postes de luz reventados, charcos de agua turbia en las veredas, y varias prostitutas andando de aquí para allá.
A lo largo de la avenida habían locales en cuyas puertas un hombre gritaba ¡A sol la barra, a sol la barra! Algunas personas que deambulaban por ahí no entraban hasta que el tipo los animara, otros no le hacían caso, y algunos ingresaban mostrándose muy seguros.
Jonatán dio unos pasos con el cigarrillo en la boca, renegando porque el encendedor no prendía, siguió avanzando hasta llegar a jirón Cailloma, una calle con postes de luz reventados, charcos de agua turbia en las veredas, y varias prostitutas andando de aquí para allá.
La flojera de regresar a reclamar otro encendedor fue más grande, se detuvo a hacer un último intento, dejando salir un poco de gas en la palma de su mano, y luego sacando una chispa, el intento fue un éxito, encendió el cigarro y expulsó el humo por la nariz con la satisfacción de quien respira aire fresco.
-Hola amigo, ¿Vamos? –Era la voz de una mujer, venía desde atrás. Jonatán volteó a verla. A diferencia de las demás, aunque de seguro lo era no parecía ser tan vieja, tampoco se esmeraba por sacar a flote un atractivo sexual muerto. Usaba falda corta, un escote descarado, botines pequeños, tenía el cabello recogido, la mirada cándida, y labios incitantes.
-¿Cuánto es? –Preguntó Jonatán.
-Veinte soles… sin apuro. –Lo envolvió en la sórdida dulzura de su mirada.
-Vamos. –Contestó de inmediato.
-Camina detrás mío, para que ellos no fastidien. –Dijo refiriéndose a la camioneta del serenazgo. – ¿Me invitas? –Jonatán le entregó el cigarro.
Ella se dirigió a un viejo edificio de rejas oxidadas, cruzó unas palabras con el portero e ingreso, Jonatán entró después.
Pasaron por un salón de billar donde abundaban hombres de mirada escrutante.
La prostituta le cogió de la mano llevándolo por un pasadizo estrecho y poco iluminado. Llegando al fondo se detuvo y le exigió la paga por adelantado, él no se negó. Entraron a un cuarto pequeño hecho de triplay, con una diminuta cama cubierta por dos sabanas. –Para que más, si solo es un cache. –Pensó Jonatán y botó la colilla del cigarro.
Ella subió su falda con ambas manos, resbalo el calzón hasta el suelo, luego se echó en la cama de piernas abiertas, miró a Jonatán como diciendo ¿Qué esperas? Él estaba estático.
-¿Cuánto es? –Preguntó Jonatán.
-Veinte soles… sin apuro. –Lo envolvió en la sórdida dulzura de su mirada.
-Vamos. –Contestó de inmediato.
-Camina detrás mío, para que ellos no fastidien. –Dijo refiriéndose a la camioneta del serenazgo. – ¿Me invitas? –Jonatán le entregó el cigarro.
Ella se dirigió a un viejo edificio de rejas oxidadas, cruzó unas palabras con el portero e ingreso, Jonatán entró después.
Pasaron por un salón de billar donde abundaban hombres de mirada escrutante.
La prostituta le cogió de la mano llevándolo por un pasadizo estrecho y poco iluminado. Llegando al fondo se detuvo y le exigió la paga por adelantado, él no se negó. Entraron a un cuarto pequeño hecho de triplay, con una diminuta cama cubierta por dos sabanas. –Para que más, si solo es un cache. –Pensó Jonatán y botó la colilla del cigarro.
Ella subió su falda con ambas manos, resbalo el calzón hasta el suelo, luego se echó en la cama de piernas abiertas, miró a Jonatán como diciendo ¿Qué esperas? Él estaba estático.
-¿Cómo te llamas? –Ella se rió haciendo un gesto de burla.
-Oye, apaga la luz y tírame ya. –Al ver la inalterable seriedad de Jonatán, añadió. –Por favor.
-Quiero saber tu nombre, no es difícil que me lo digas.
-Me llamo Carol. –Jonatán sacó un objeto de su bolsillo, se desabrochó el pantalón, lo dejó caer hasta las rodillas. Ella le preguntó qué era eso que tenía en la mano, él no movió la boca lo único que hacía a parte de quitarse el pantalón era devorarla con los ojos y el pensamiento.
-No lo hagas Carol, quédate quieta. –Le dijo cuando ella estaba juntando las piernas. Carol sintió que le empezaba a temblar la boca.
-No te llamas Carol, te llamas Kattya ¿Si? –Jonatán estaba de rodillas frente a ella tenía el pene erecto, su tono de voz era áspero.
-Oye… espera… ¿Qué te…
-¡Te llamas Kattya! ¿Entendiste? –Jonatán le puso en el cuello la navaja filuda que ocultaba en la mano derecha.
-¡Sí, sí, me llamo Kattya! ¡Soy Kattya! ¡Sí! –Dijo Carol sintiendo el metal surcando medio milímetro de piel.
-¡No grites Kattya! ¡Carajo me tienes arto! Tu puta voz chillona nunca me gustó. –Carol temblaba cerrando los ojos, quería llorar.
-¿Por qué me hiciste eso? –Sus manos presionaron la navaja haciendo que Carol despida un gemido. – ¿Que mierda le viste a él? ¡Dime por la puta madre! ¿Acaso yo no te cachaba rico? ¿Ah? –El cuerpo de Jonatán envistió contra Carol penetrándola con violencia, su vagina se encontraba seca y fría. -¿Te aburriste de mi? ¿Ya no te arrecho? ¿Por qué no te mojas mamita? Sabes que así será más fácil. Me dolió mucho cuando me entere de todo, no debiste jugar a la muchacha infiel, porque eres una estúpida, ni siquiera sabes jugar, dejaste todos los mensajes del hijo de puta de Adrian listos para que yo los vea.
-Por favor, por favor, hare lo que quieras, pero saca esa navaja de mi cuello. –Entonaba las palabras con dificultad, sentía el salado de sus lágrimas esparcirse por su lengua, el liquido salía sin cesar ahogando sus ojos, nublando su vista. Jonatán entraba y salía raspando su sexo.
-¿El te lo hacia como yo? Nunca creí que fueras tan puta Kattya, juro que no te creía capaz, no desde que te la metí por el culo, pensé que con eso iba ser imposible que me engañes, (se río) pero yo también fui un imbécil, por no aceptar que tu culito ya estaba abierto, ¿Recuerdas cuando te la metí? ¿Entro bien fácil no? ¡Puta de mierda! –Le jaló el cabello, Jonatán intentó besarla, pero Carol volteó el rostro. Como resultado la envistió concentrando toda su rabia en el acto, el liquido pre seminal había lubricado a medias su vagina eso lo enojó, obstruía el propósito de causarle dolor. Sus movimientos de pelvis pronto se transformaron en golpes. Carol contenía sus llantos por temor a que la navaja siga cortando.
-Oye, apaga la luz y tírame ya. –Al ver la inalterable seriedad de Jonatán, añadió. –Por favor.
-Quiero saber tu nombre, no es difícil que me lo digas.
-Me llamo Carol. –Jonatán sacó un objeto de su bolsillo, se desabrochó el pantalón, lo dejó caer hasta las rodillas. Ella le preguntó qué era eso que tenía en la mano, él no movió la boca lo único que hacía a parte de quitarse el pantalón era devorarla con los ojos y el pensamiento.
-No lo hagas Carol, quédate quieta. –Le dijo cuando ella estaba juntando las piernas. Carol sintió que le empezaba a temblar la boca.
-No te llamas Carol, te llamas Kattya ¿Si? –Jonatán estaba de rodillas frente a ella tenía el pene erecto, su tono de voz era áspero.
-Oye… espera… ¿Qué te…
-¡Te llamas Kattya! ¿Entendiste? –Jonatán le puso en el cuello la navaja filuda que ocultaba en la mano derecha.
-¡Sí, sí, me llamo Kattya! ¡Soy Kattya! ¡Sí! –Dijo Carol sintiendo el metal surcando medio milímetro de piel.
-¡No grites Kattya! ¡Carajo me tienes arto! Tu puta voz chillona nunca me gustó. –Carol temblaba cerrando los ojos, quería llorar.
-¿Por qué me hiciste eso? –Sus manos presionaron la navaja haciendo que Carol despida un gemido. – ¿Que mierda le viste a él? ¡Dime por la puta madre! ¿Acaso yo no te cachaba rico? ¿Ah? –El cuerpo de Jonatán envistió contra Carol penetrándola con violencia, su vagina se encontraba seca y fría. -¿Te aburriste de mi? ¿Ya no te arrecho? ¿Por qué no te mojas mamita? Sabes que así será más fácil. Me dolió mucho cuando me entere de todo, no debiste jugar a la muchacha infiel, porque eres una estúpida, ni siquiera sabes jugar, dejaste todos los mensajes del hijo de puta de Adrian listos para que yo los vea.
-Por favor, por favor, hare lo que quieras, pero saca esa navaja de mi cuello. –Entonaba las palabras con dificultad, sentía el salado de sus lágrimas esparcirse por su lengua, el liquido salía sin cesar ahogando sus ojos, nublando su vista. Jonatán entraba y salía raspando su sexo.
-¿El te lo hacia como yo? Nunca creí que fueras tan puta Kattya, juro que no te creía capaz, no desde que te la metí por el culo, pensé que con eso iba ser imposible que me engañes, (se río) pero yo también fui un imbécil, por no aceptar que tu culito ya estaba abierto, ¿Recuerdas cuando te la metí? ¿Entro bien fácil no? ¡Puta de mierda! –Le jaló el cabello, Jonatán intentó besarla, pero Carol volteó el rostro. Como resultado la envistió concentrando toda su rabia en el acto, el liquido pre seminal había lubricado a medias su vagina eso lo enojó, obstruía el propósito de causarle dolor. Sus movimientos de pelvis pronto se transformaron en golpes. Carol contenía sus llantos por temor a que la navaja siga cortando.
Percibir su cuerpo temblando, saber que estaba indefensa y sometida, ver sus lágrimas caer en abundancia, lo volvía loco. Si hubiera alguna forma de transformar el dolor ajeno en algo físico, estaría encantado de saborearlo como un dulce, sin embargo se conformaba sabiendo que Carol estaba sufriendo, porque en ella su torcida mente visualizaba a Kattya.
No tenía más que decir, su éxtasis le impedía maquinar insultos. La miró otra vez, el rostro de Carol se mantenía sumido en el miedo. Jonatán pasó su lengua con lentitud en la mejilla, degustó sus lagrimas, estas lo cubrieron de una manta de placer que lo transportó a su paraíso personal, lleno de goces sucios y podridos.
No tenía más que decir, su éxtasis le impedía maquinar insultos. La miró otra vez, el rostro de Carol se mantenía sumido en el miedo. Jonatán pasó su lengua con lentitud en la mejilla, degustó sus lagrimas, estas lo cubrieron de una manta de placer que lo transportó a su paraíso personal, lleno de goces sucios y podridos.
La navaja se encontraba hundida en el cuello de Carol, chorros de sangre fluían sin parar en un cauce indefinido. La mano de Jonatán que aún mantenía la dureza de un puño, se hallaba manchada de rojo. Se puso de pie, miró sus manos, temblaban. –Mierda, ¡Qué hice!
19 comentarios:
Muy bueno segun Goleman despues de los actos que cometemos sin pensar tenemos la misma reaccion de jonatan , pues estos son impulson de la neocorteza cerebral, pero el estaba durazo..
me gusto mucho !!!
Asu! asuu!!
la verdad ke me dio miedito el final...
la historia ha estado muy buena! komo siempre, enganchas al lector de komienzo a fin... Magnifico Juan Carlos!
Saluditos =)
segun EFERMAN o CANDYMAN :) para evitar esto se tiene q tener la conocida "LLANTA DE REPUESTO" o "PAÑUELO" etc. etc. etc.
Nunca desepcionan estos relatos.
Muy bueno
Sl2!
Ahhhhhhhhhhhhhh!! eres weno pa eso mierda, me gustó mucho. Tienes buen futuro.
certeras etiquetas: vicios, violencia, "muerte".
Saludos Querido
chevere tio---si yo pudiera contar esa cosas oscuras mias...tmr--quizas me tendrian miedo---pero tu tienes una forma genial de contar historias oscuras---saludos y siga escribiendo con esa gran pluma---cuidese
:)...me gusto...
pt bro k paja tu historia ah!... cada k leia se ponia mas interesante... al principio pense k la embarazo!.. pero se volvio mas macabro!.. me hizo reir tmb haha
alamos!
Hola JC!, paso por aqui a dejarte un saludo, y decirte que te tengo una cosilla en mi blog, pasa a buscarla.
Un Abrazo.
oye que fue se te extraña no demores mucho ..
Sigues escribiendo! io hice un nuevo blog... para variar u_u, espero saber de tu vida pe oeee!
Paso por aqui su recinto para desearte una Noche Hermosa de Navidad.
Abrazo cariñoso J.C.
Vayan a recoger su regalo----
http://elcorazondejuandiego.blogspot.com/2008/12/regalos-del-corazn-para-navidad.html
Buen relato, eres el mejor :)
Se te echa en falta , te dejo deseos de paz, amor y felicidad en tu vida.
Besos
SIn duda es un relato con tintes brutales.Duro, lleno de mezquindad y de esa enajenacion transitoria provocada por el consumo y la desesperacion de los celos.
Felices Fiestas amigo!!
Elección del mejor Post-corazón del año y el mejor Post-otro corazón
http://elcorazondejuandiego.blogspot.com/2008/12/eleccin-del-mejor-post-corazn-del-ao-y.html
¡Huyyyyy! ¡Estuvo tremendo! Creo que refleja lo que muchas personas van haciendo por la vida... fuerzan a otros a pagar sin ser apenas conscientes de ello...
Espero que pronto llegue el relato nuevo... Va un fuerte abrazo y los mejores deseos para ti...
Pasaba a ver cómo estás... te dejo un beso, niño. Ciao
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