En el baño de la sección secundaria del colegio religioso Maria Reina, se escuchaban susurrantes gemidos de dolor.
Dentro se encontraba Carla intentando tragar todas las pastillas que su puño permitía sostener, nerviosa cerraba los ojos sin entender como había llegado a esto.
En su mente miles de voces raras la hacían desistir, mientras que otras la incitaban a hacerlo. ¡Hazlo ya, que esperas!
¡No, no lo hagas es una vida!
¡Mátalo es un feto, nadie se dará cuenta criatura infeliz nadie te ayudara!
Se dejo llevar por las voces. Decidida se acabó de tragar las l2 pastillas de aquella tableta, luego cogió cuatro y con el dedo anular lo introdujo por la vagina hasta llegar al limites del orificio.
Según lo que le habían dicho, eso hacia que el feto se venga a los 70 minutos excediendo la cantidad pre escrita en aquel trozo de papel sellado que simulaba ser una receta médica.
Su menudo cuerpo de contextura delgada sintió el mareo al intentar ponerse en pie, las pastillas dentro de su organismo provocaban la descuatizacion dentro de su ovario izquierdo.
Se puso en pie, se mojó el cabello, arregló su falda escocesa color vino y volvió al salón rogando que la clase de historia no sea las dos horas mas dolorosas de su vida.
En clase Carla sintió las miradas de sus compañeros, las niñas que continuamente la despreciaban por simple diversión; la miraban fijamente
Carla volteó a verlas y giro la cabeza bruscamente hacia el pizarrón.
¿Seria sobre ella? ¿Se habrán dado cuenta? ¿Alguien la habrá visto? ¿Tal vez ya saben todo?
No atendió la clase estaba distraída las voces perturbadoras seguían diciendo: Asesina ¡si! hablan de ti, susurran: ¡Lleva dentro un feto muerto!
Dentro se encontraba Carla intentando tragar todas las pastillas que su puño permitía sostener, nerviosa cerraba los ojos sin entender como había llegado a esto.
En su mente miles de voces raras la hacían desistir, mientras que otras la incitaban a hacerlo. ¡Hazlo ya, que esperas!
¡No, no lo hagas es una vida!
¡Mátalo es un feto, nadie se dará cuenta criatura infeliz nadie te ayudara!
Se dejo llevar por las voces. Decidida se acabó de tragar las l2 pastillas de aquella tableta, luego cogió cuatro y con el dedo anular lo introdujo por la vagina hasta llegar al limites del orificio.
Según lo que le habían dicho, eso hacia que el feto se venga a los 70 minutos excediendo la cantidad pre escrita en aquel trozo de papel sellado que simulaba ser una receta médica.
Su menudo cuerpo de contextura delgada sintió el mareo al intentar ponerse en pie, las pastillas dentro de su organismo provocaban la descuatizacion dentro de su ovario izquierdo.
Se puso en pie, se mojó el cabello, arregló su falda escocesa color vino y volvió al salón rogando que la clase de historia no sea las dos horas mas dolorosas de su vida.
En clase Carla sintió las miradas de sus compañeros, las niñas que continuamente la despreciaban por simple diversión; la miraban fijamente
Carla volteó a verlas y giro la cabeza bruscamente hacia el pizarrón.
¿Seria sobre ella? ¿Se habrán dado cuenta? ¿Alguien la habrá visto? ¿Tal vez ya saben todo?
No atendió la clase estaba distraída las voces perturbadoras seguían diciendo: Asesina ¡si! hablan de ti, susurran: ¡Lleva dentro un feto muerto!
Su paranoia aumento al tocar el timbre no sabia como pararse esperó que todos salieran del salón. Se levanto lentamente y un coagulo de sangre cayó, al momento que bruscamente inhalo aire.
La sangre se escurría. Las pastillas hacían su efecto mortal.
Visiblemente perturbada salió, con pasos acelerados se dirigió de nuevo al baño.
Al levantarse la falda, vio su blanca trusa manchada de muerte, las gotas recorrían lentamente sus delgadas piernas hasta llegar a sus rodillas, donde se encontraban con sus medias largas color vino, al verse llena de aquel líquido espeso, se asustó, empezó a limpiarse con papel mojado en agua.
Salió corriendo, a cada paso le dolía más el ovario izquierdo. Llamó al mismo doctor que le había dado aquella receta falsa.
Al escuchar a Carla tan aturdida, se rió y le dijo muy tranquilo:
-Es hora de que vengas ¿Tienes el dinero?
Carla asintió con la cabeza como si él pudiera verla y le dijo:
-¡Si todo! Voy para allá, gracias. –Colgó el teléfono.
Tomó un taxi, llegó a un edificio por Jr.cuzco en el centro de Lima.
Era un edificio de 4 pisos de estructura colonial antiguo las escaleras de madera vieja rechinaban hasta estremecer los tímpanos, el hedor de las paredes penetraba bruscamente sus fosas nasales.
En el piso donde se encontraba el consultorio solo había un fluorescente que oscilaba. Llego al Dpto. 304. Al abrirse la puerta se sintió un crujido.
Un hombre con bata blanca le abrió, ella lo miró asustada. La hora había llegado.
Automáticamente la hizo pasar a una sala donde había una mesita de metal, en ella una fuente llena de herramientas quirúrgicas que Carla prefirió no observar.
El hombre le tiró toscamente una bata que sólo tapaba un lado.
Carla lo miró (nunca la había revisado un ginecólogo en sus 15 años de vida) le gritó con voz segura:
-¡Esto está roto!
El volvió a reírse con un tono sarcástico, desplegó una sonrisa horrenda, sus dientes amarrillos provocaron asco en Carla que por su condición podía sentir nauseas con facilidad, sin embargo siguió las indicaciones de aquel hombre.
Empezó a quitarse la blusa, el subió la mirada, observó fijamente como iba quitándose la ropa ante sus ojos, para aquel macho cabrio era Todo un espectáculo excitante,
A los pocos minutos su uniforme escolar estaba sobre la silla.
Sus piernas abiertas de extremo a extremo temblaban mientras su cuerpo se estremecía;
El doctor le dijo: respira hondo y no te muevas,
Sintió bruscamente la penetración de aquellos instrumentos, tubos ancho de metal frió y tieso.
Tomo unas tijera delgada que una ves dentro de su vagina abrió bruscamente Carla soltó un gemido y con sus manos en el rostro empezó a arrepentirse de aquel encuentro carnal.
Las paredes de su útero se dilataron cada vez más estaba listo para succionar al feto con un pequeño aparato que tenía un tubo aspirador.
Para finalizar con el ritual de tortura con la mano dentro aun de su vagina iba rasgando las paredes de su ovario izquierdo para que no quedaran restos del cadáver incompleto.
Ella sobre la camilla no dejaba de sangrar su rostro empalidecía; El doctor empezó a desesperarse tomo una toalla y la puso entre sus piernas.
La niña perdía el conocimiento empezó a sollozar, cada ves con mas intensidad, sus extremidades se contraían, empezó a temblar, tenia frió sus labios gruesos remarcados con un tono morado oscuro.
Nunca imagino que su vida acabaría en aquella camilla, le pesaban los parpados de pronto escucho:
-¡Despierta! No te duermas.La voz hizo estremecer los sentidos de carla abrió los ojos con lentitud giro la cabeza hacia la derecha.
Sobre la mesita de metal observo aterrorizada el esqueleto deformado bañado en sangre sobre un trozo de gasa de lo que podría a ver sido su bebe cuatro meses.
La sangre se escurría. Las pastillas hacían su efecto mortal.
Visiblemente perturbada salió, con pasos acelerados se dirigió de nuevo al baño.
Al levantarse la falda, vio su blanca trusa manchada de muerte, las gotas recorrían lentamente sus delgadas piernas hasta llegar a sus rodillas, donde se encontraban con sus medias largas color vino, al verse llena de aquel líquido espeso, se asustó, empezó a limpiarse con papel mojado en agua.
Salió corriendo, a cada paso le dolía más el ovario izquierdo. Llamó al mismo doctor que le había dado aquella receta falsa.
Al escuchar a Carla tan aturdida, se rió y le dijo muy tranquilo:
-Es hora de que vengas ¿Tienes el dinero?
Carla asintió con la cabeza como si él pudiera verla y le dijo:
-¡Si todo! Voy para allá, gracias. –Colgó el teléfono.
Tomó un taxi, llegó a un edificio por Jr.cuzco en el centro de Lima.
Era un edificio de 4 pisos de estructura colonial antiguo las escaleras de madera vieja rechinaban hasta estremecer los tímpanos, el hedor de las paredes penetraba bruscamente sus fosas nasales.
En el piso donde se encontraba el consultorio solo había un fluorescente que oscilaba. Llego al Dpto. 304. Al abrirse la puerta se sintió un crujido.
Un hombre con bata blanca le abrió, ella lo miró asustada. La hora había llegado.
Automáticamente la hizo pasar a una sala donde había una mesita de metal, en ella una fuente llena de herramientas quirúrgicas que Carla prefirió no observar.
El hombre le tiró toscamente una bata que sólo tapaba un lado.
Carla lo miró (nunca la había revisado un ginecólogo en sus 15 años de vida) le gritó con voz segura:
-¡Esto está roto!
El volvió a reírse con un tono sarcástico, desplegó una sonrisa horrenda, sus dientes amarrillos provocaron asco en Carla que por su condición podía sentir nauseas con facilidad, sin embargo siguió las indicaciones de aquel hombre.
Empezó a quitarse la blusa, el subió la mirada, observó fijamente como iba quitándose la ropa ante sus ojos, para aquel macho cabrio era Todo un espectáculo excitante,
A los pocos minutos su uniforme escolar estaba sobre la silla.
Sus piernas abiertas de extremo a extremo temblaban mientras su cuerpo se estremecía;
El doctor le dijo: respira hondo y no te muevas,
Sintió bruscamente la penetración de aquellos instrumentos, tubos ancho de metal frió y tieso.
Tomo unas tijera delgada que una ves dentro de su vagina abrió bruscamente Carla soltó un gemido y con sus manos en el rostro empezó a arrepentirse de aquel encuentro carnal.
Las paredes de su útero se dilataron cada vez más estaba listo para succionar al feto con un pequeño aparato que tenía un tubo aspirador.
Para finalizar con el ritual de tortura con la mano dentro aun de su vagina iba rasgando las paredes de su ovario izquierdo para que no quedaran restos del cadáver incompleto.
Ella sobre la camilla no dejaba de sangrar su rostro empalidecía; El doctor empezó a desesperarse tomo una toalla y la puso entre sus piernas.
La niña perdía el conocimiento empezó a sollozar, cada ves con mas intensidad, sus extremidades se contraían, empezó a temblar, tenia frió sus labios gruesos remarcados con un tono morado oscuro.
Nunca imagino que su vida acabaría en aquella camilla, le pesaban los parpados de pronto escucho:
-¡Despierta! No te duermas.La voz hizo estremecer los sentidos de carla abrió los ojos con lentitud giro la cabeza hacia la derecha.
Sobre la mesita de metal observo aterrorizada el esqueleto deformado bañado en sangre sobre un trozo de gasa de lo que podría a ver sido su bebe cuatro meses.
13 comentarios:
Uf...vaya relatito que nos has dejado...
Esta espléndidamente contado pero madre mía...claro, un feto de 4 meses pues...es lo que tiene...
En fin, no añado más porque la experiencia tal y como la has narrado, suena terrible.
BESOS !
tu relato me hizo estremecer en realidad, tu descripcion me parecio buena aunq yo no sea quien para decirlo, viendlo desde otra perspectiva, en el momento que te pasa muchas mujeres no saben que hacer solo las valientes lo aceptan .
Que relato más fuerte...
Asuuu!!
escalofriante el relato!
Saluditos Juan Carlos
Me fascina lo tétrico.
Seguí asi, amigo!
Saludos!
Hola J.C!
Hoy la Noche hermosa esta de Halloween, te invito a celebrarla paseandote por mi cuevita!
Saludos!
Un relato genial y escrito con la intensidad requerida.
Un abrazo y hasta pronto
que puedo decir, está tan bien relatad, cada detalle, cada sensación, no permite que quede una duda de lo horrendo que es el aborto...derrepente suene estúpido, pero si aún pensamos como niños no pretendamos jugar juegos de adultos.
La cosa estuvo muy densa hoy... ¿qué te hizo escribirla? Realmente me lastimó, casi me desangra igual que ocurre con los personajes... Vida sin alma... Apenas puedo respirar llena de temor y algo de dolor.
Abrazo.
Bueno, hummm, Tengo que dejar bien en claro que este relato no lo escribí yo, sino como dice al principio, mi amiga Paola Canaval. Por lo visto dañó ciertas sencibilidades, y ya que ese era el proposito de la autora, el relato fue un exito ;) Muchas gracias por los comentarios.
un saludo enorme y muy grato a paola..muy buena historia
Felicidades por sus post y su blog fantásticas ilustraciones me gusto mucho perderme por su blog. muchas gracias.
Reciba un cordial saludo.
WoooW quede asi ----> O.O
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